El ejército sudanés afirma estar persiguiendo a los soldados de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) que huyen en zonas del centro de Jartum y se prepara para avanzar hacia la isla de Tuti, ubicada entre los ríos Nilo Blanco y Nilo Azul en la capital. A través de los medios de comunicación, voceros militares han instado a los rebeldes a rendirse. Sin embargo, las posibilidades de que el conflicto termine en el corto plazo parecen remotas, ya que las RSF lanzaron drones contra el palacio gubernamental en la mañana del viernes.
El jueves por la noche, las RSF afirmaron haber tomado al-Maliha, una ciudad estratégica en el desierto de Darfur Norte, cerca de las fronteras con Chad y Libia. El ejército reconoció combates en la zona, pero no confirmó la pérdida de la ciudad, según reportó la agencia AP. Mientras tanto, el Aeropuerto Internacional de Jartum, ubicado a solo 2,5 kilómetros al sureste del palacio, sigue bajo control de los rebeldes.
El sábado, el general Dagalo, líder de las RSF, prometió defender el palacio presidencial y las áreas circundantes, amenazando con nuevos ataques en varias ciudades del norte. Los esfuerzos por restaurar la paz han fracasado, ya que ambas fuerzas se mantienen firmes en su lucha por el control de áreas estratégicas.
La guerra civil en Sudán ha desencadenado la mayor crisis humanitaria del mundo, según las Naciones Unidas. En Jartum y sus alrededores, al menos 3,5 millones de personas han sido desplazadas debido a la violencia, y unas 100,000 enfrentan desnutrición. Además, cerca del final de la gestión del presidente estadounidense Joe Biden, Estados Unidos denunció que las RSF están cometiendo genocidio, lo que agrava aún más la gravedad del conflicto.
